Festejó sus 82 con la presentación de su biografía

Héctor Larrea hace radio todas las tardes de lunes a viernes. Y también los domingos. En el principio, sucedió el milagro, tenía apenas 11 años y hacía tres meses que había fallecido su padre tempranamente. Su mamá guardó luto riguroso, y en la casa de Bragado dejaron de oírse risas y música y la pena se coló en cada rincón. Entonces, una tía intercedió para que él pudiese recuperar su costumbre de escuchar la radio y el aparato fue encendido. Se oyó un chiste y él miró a su madre, casi con culpa. Pero, entonces, la vio sonreír. “La radio obró y sigue obrando milagros”, recordó el locutor y conductor radial para remontarse al inicio de su pasión por el éter. Ésta y otras anécdotas que Héctor Larrea recogió a lo largo de más de medio siglo de trayectoria estuvieron presentes ayer en la celebración virtual de su cumpleaños número 82 que tuvo lugar en la plataforma de Radio Nacional. El festejo coincidió con la presentación de la biografía del locutor y conductor del emblemático Rapidísimo que, curiosamente, no llevó su firma porque quien aceptó el desafío de llevar al papel la vida del hombre que supo hacer cine, televisión y publicidades, pero cuyo apellido quedó asociado indisolublemente a la radio, fue Martín Giménez.
, director artístico de Nacional. El libro en cuestión se llama: ‘Héctor Larrea: Una vida en la radio’.