Es tiempo de barrio

Programa Promeba en Villa Palito, La Matanza, Buenos Aires.

Por Roque Minatta (*)

El barrio, mi barrio, tu barrio, los barrios ricos, pobres o medios, fueron y serán por siempre una base estructural de la formación de niños y adolescentes que nacen y crecen en ellos, compartiendo y transformando baldíos en potreros, asistiendo a las mismas escuelas, los mismos clubes, compartiendo la misma sala de salud, la misma parada de colectivo, las mismas calles y en su vecindario más cercano, asistiendo a los mismos cumpleaños y los mismos eventos.
Crecen juntos y hasta llegan a pensar parecidos porque su barrio los moldeó con la misma matriz socioeducativa durante las distintas etapas de sus crecimientos biológicos.
Pero vivir en un barrio donde sus habitantes no tienen sus necesidades básicas satisfechas y están por debajo de la llamada línea de la pobreza, también significa vivir en un barrio sin infraestructura básica de hábitat que posibilite un desplazamiento social y urbanos dignos.

No es lo mismo salir de tu domicilio con calles anegadas, sin cordón cunetas, con agua que no siempre es potable, con distancias hacia las paradas de colectivos, porque tu calle no da para que transiten, que convivir en un barrio enripiado, con trazados de calles acorde a los desagües naturales, arbolado, señalizado, con refugios para colectivos, con una escuela con SUM abierta para toda la comunidad.

La inclusión urbana y social de los hogares más pobres de la población residentes en villas y asentamientos irregulares, es un derecho y como tal debe ser atendido por el Estado municipal, provincial y nacional.
Es sabido que los gobiernos locales tienen serias dificultades de enfrentar financieramente la ejecución de obras para mejorar la inclusión urbana y social de los hogares más pobres de su población residentes en villas y asentamientos irregulares. Por suerte, aquellas localidades argentinas que tienen buenas gestiones lograron acceder a programas de mejoramientos barriales, dando soluciones al mejoramiento de las viviendas existentes y a la provisión de servicios públicos como agua potable dentro de las casas, electricidad, construcción del baño, arreglos de calles, cordón cuneta, saneamiento ambiental con la capacitaciones en tratamiento de residuos, cuando apuntan al mejoramiento de las viviendas existentes y a la provisión de servicios públicos como agua potable, gas y electricidad.

En nuestra Entre Ríos, el estado nacional no tiene en ejecución programas de mejoramientos barriales, conocidos como Promeba y que tantas soluciones parciales de hábitat dieron en su momento de ejecución, allá lejos y hace tiempo. Sólo se está ejecutando una obra complementaria en el barrio Antoñico de Paraná.
Estas obras esenciales y básicas para el desarrollo humano barrial son ejecutadas por las Unidades Ejecutivas Provinciales  y las Unidades Ejecutivas Municipales que  identifican, formulan y ejecutan los proyectos. También se ocupan de licitar, contratar e inspeccionar las obras. Además de contratar, capacitar y supervisar a los profesionales de los equipos interdisciplinarios que se encargan de la formulación e implementación de las intervenciones en el barrio. El desarrollo de los proyectos se basa en una metodología de compromiso y participación de todos los actores, involucrándolos en las Mesas de Gestión junto a los distintos organismos del Estado, las organizaciones barriales, las empresas de servicios públicos, las empresas constructoras, los colegios profesionales, las organizaciones de la sociedad civil, entre otros.
El barrio Laura Vicuña de nuestra ciudad fue testigo y adjudicatario del mejoramiento barrial que cambió radicalmente su estructura urbana. Hoy más que nunca existen aún barrios y asentamientos que esperan de la mano de Dios para mejorar su hábitat dado que desde hace más de 20 años que por la histórica no se ejecuta ninguna obra. Mientras que Paraná llego a tener 18 proyectos en ejecución y terminados, y Concordia nueve, nuestra ciudad tuvo que conformarse con uno.

La falta de poder político de la ciudad dentro del contexto nacional y provincial (el oficialismo no cuenta con legisladores) es una de las causas de no tener obras nacionales como el Promeba, así como la falta de organización institucional de los barrios y la falta de compromiso funcionarios que no funcionan, y dirigentes que no dirigen.

Ojalá podramos los uruguayenses, tras un diálogo serio, responsable y sin egoísmos electoralistas, lograr una mesa local de gestión donde se involucren todos los actores sociales y económicos, profesionales y educativos y se encuentren soluciones integrales para los barrios despojados de derechos y comiencen las gestiones para dar satisfacción a los mismos.

Debemos recordar que no hay peor gestión que la que no se hace.

(*) Profesor de Historia y Ciencias Sociales. Periodista y analista político.
Programa Promeba en  Villa Palito, La Matanza, Buenos Aires.