El telegrama

Se aproxima el verano y todavía no sabemos qué va a ser de nuestras vidas, si vamos a poder poner los pies en el agua del río Uruguay o si vamos a tener que regarnos con la manguera en el patio de casa cual plantas de jardín. Lo que sí sabemos es que los acaudalados u oligarcas náuticos sí tienen derecho a usar las playas. Están nivelando para unos pocos, atiendan esto, el humor social está complicado y encima no dejan distraerse a quienes más la sufren. Empecemos a mirar las necesidades de los que menos tienen, no la necesidad de mover un barco.

Raquel Díaz