Resulta al menos repudiable ver cómo existen personas sin ningún estudio de medicina en sus espaldas, pero que a la hora de hablar sobre la vacuna rusa Sputnik tienen una gran cantidad de argumentos que ni ellos se deben creer. Es evidente que el lobby empresarial que fabrican otras vacunas le caló profundo. Quiero creer que el personal del hospital Urquiza sabe lo que hace cuando se vacuna. No creo que ningún profesional de la salud se aplique algo que le pueda generar un problema futuro. A los anti-todo ¿cómo van a cuestionar esto ahora?
Marcelo Marinelli