“El principal obstáculo para el avance de este proyecto es la industria alimentaria”

Buscan dar al consumidor información concreta. (Manu Alderete)

Defendió el proyecto de ley de Alimentación Saludable que se debate en Diputados.

Por: Matías Dalmazzo

El proyecto de ley de Promoción de Alimentación Saludable fue aprobado en octubre de 2020 por la Cámara de Senadores, con sólo dos senadores que no se mostraron a favor de esta iniciativa. Luego de este primer impulso, los diputados tendrán la posibilidad de permitir que los argentinos tengan un mejor acceso a los alimentos que consumimos.
Con la intención de tener mayores detalles al respecto, La Calle dialogó con Paola Jacquement, referente de la región centro (Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba) de la Coalición Nacional para prevenir la obesidad en niños, niñas y adolescentes.
-¿Por qué es importante que avance del debate y posterior aprobación de la ley de etiquetado?
– Para asegurar el derecho a la información clara y accesible, para poder identificar los alimentos que estamos consumiendo. Esto inevitablemente repercute en el estado de salud de las comunidades y permitiría abaratar los costos en el sistema sanitario, considerando que son las enfermedades que pueden causar muertes o discapacidades en nuestro país.
Actualmente en Argentina, siete de cada diez adultos presentan obesidad y cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años también. Agravado por el contexto de pandemia, estas cifras nos estarían quedando chicas. Sería necesario realizar nuevos estudios para poder ver el grado de obesidad actual.
-¿Qué objetivos persigue la propuesta?
-La necesidad de garantizar el derecho a la salud y a la alimentación adecuada, a través de una promoción de alimentación saludable.
Es un derecho de los consumidores poder interpretar la composición del alimento que está consumiendo. Esta propuesta permitirá advertir fundamentalmente sobre los nutrientes críticos que se encuentran vinculados con las enfermedades crónicas no transmisibles; como por ejemplo azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales, calorías, edulcorantes y cafeína.
Este proyecto estimula la prevención de la mal nutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles, las cuales se encuentran en nuestro país dentro de las principales causas de muerte. Dentro de estas enfermedades encontramos la obesidad, diabetes tipo 1 y tipo 2, diferentes tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Pretendemos orientar al consumidor y brindar información en corto tiempo, sin necesitar demasiada formación en educación alimentaria nutricional, independientemente del nivel educativo y el poder adquisitivo del consumidor.
-¿Cuáles son los ejes prioritarios de la ley?
-El etiquetado frontal de los alimentos es el que más se vincula con este proyecto. Se trata de un sistema mediante la aplicación de sellos en forma de octógonos negros, a manera de advertencia, que busca de una manera rápida que el consumidor pueda evaluar la calidad de ese producto a la hora de adquirirlo.
Otro eje es la regulación de la promoción, publicidad y patrocinio dirigida a niños, niñas y adolescentes. Esta ley perseguiría la prohibición de publicidad en productos que lleven al menos un sello, incluyendo el uso de personajes animados, premios o regalos y la restricción en la utilización de claims (estrategia de marketing que informa o realza un supuesto beneficio principal que obtiene el cliente)
Algunas veces se vinculan a los alimentos con determinados personajes, realizan promociones y obsequian diversos productos en diferentes campañas. Eso no se podrá hacer más.
Un tercer eje es la promoción de la alimentación saludable en los establecimientos educativos estatales, donde los kioscos tendrían la prohibición de la promoción u ofrecimiento y comercialización de productos que tengan al menos un sello en los entornos escolares.
Esto nos permitiría avanzar en el anhelado kiosco saludable que durante años, a través de diferentes estrategias, se ha intentado implementar. Aquí vemos que es mucho más complejo y por lo tanto es necesario avanzar en más aspectos, para así lograr regular los entornos escolares. Además se incorporarían contenidos de alimentación saludable a la curricula escolar.
Por último, en lo que respecta a la asistencia alimentaria, el estado va a dar prioridad a alimentos sin sellos de advertencia.
-¿Dónde radican los principales conflictos para que esta iniciativa no prospere en el Congreso hasta el momento?
-Desde la aprobación en Senadores de este proyecto, en la Cámara de Diputados se constituyeron cuatro comisiones de trabajo para tratar la ley. Creemos que el principal obstáculo para el avance de este proyecto es la industria alimentaria.
Esta misma experiencia la han vivido otros países que ya cuentan con este sistema: Ecuador, Chile, México, Uruguay y Colombia. Sería muy superador para Argentina poder contar con esta ley tan integral.
-¿Existe algún lobby que influya de manera negativa a la hora de intentar colocar este tema en la opinión pública?
-Hay que armonizar con el Mercosur, en lo que respecta al etiquetado a implementarse. Igualmente debemos considerar que cada país es soberano para avanzar de forma autónoma, como lo hicieron Brasil y Uruguay.
El argumento que intentan imponer es que la ley influiría entre los pequeños y medianos productores, pero en realidad el cambio de reglas de juego del sistema alimentario (de aprobarse esta propuesta) posibilitaría el avance en el mercado de diferentes frutas, verduras o alimentos frescos.
Es importante destacar que este proyecto de ley no abarca a todos los alimentos, está enfocado en los procesados y ultra procesados; aquellos a los que la industria les realizó varias modificaciones. El aceite común, aceites vegetales, frutos secos y sal común de mesa son algunas de las excepciones, no así los alimentos elaborados con estos productos.
Se trata de argumentar en contra de esta ley, diciendo que se van a poner en riesgo muchos puestos de trabajo en diversas economías regionales; pero la realidad marca que la experiencia en otros países no afectó este punto.
-¿Cuáles son las exigencias vigentes en el país para que una persona sepa los componentes del alimento que está comprando?
Un alimento aprobado e incorporado al actual Código Alimentario Argentino, generalmente muestra un etiquetado atrás del envase del alimento con letra muy chiquita. En relación a esto, se han realizado estudios y sólo el 26 por ciento de la población lee las etiquetas, pero de ese 26% sólo aproximadamente el 10% lo interpreta.
El etiquetado del alimento debe transmitir la información que se encuentran en los productos alimentarios, resulta uno de los medios más importantes y directos para transmitir conocimiento al consumidor sobre los ingredientes, la calidad y el valor nutricional.
Acá es donde cada uno de nosotros podemos pensar si entendemos o sabemos lo que estamos comiendo cuando leemos el etiquetado actual. El sistema gráfico que proponemos, permitiría acceder de manera más rápida y eficiente a más información en menor tiempo.