EDITORIAL. Ciberchantaje

Juan Luis Cebrián, el empresario y periodista español, fundador del diario El País, contó durante una jornada para periodistas que brindó recientemente de manera virtual, que antes de dejar la presidencia del Grupo Prisa, contrató a una de las más importantes empresas de ciberseguridad del mundo. Al conglomerado de medios de comunicación le preocupaban los ataques que estaban sufriendo algunas de sus marcas por parte de hackers. De manera que se contactaron con una organización israelí, cuyo líder es un general retirado del ejército, experto en informática y ciberataques. “Queremos contar con un sistema de protección seguro”, cuenta Cebrián que le dijo al experto. “Bueno, seguro no hay nada… si han ingresado al teléfono celular de Barack Obama y al de Angela Merkel”, replicó el general.
Los ataques en la red son cada vez más agresivos, y en algunos países han llegado a poner en jaque infraestructuras del Estado. Internet es el campo de batalla donde delincuentes y terroristas desafían y manipulan a gobiernos, y empresas. Pero también a las persona de a pie.
Hace seis meses un grupo de hackers ingresó a los registros de la empresa de salud mental Vastaamo, que en Finlandia administra 25 centros de psicología. Los delincuentes tuvieron acceso a toda la información confidencial de los de pacientes y los amenazaron con un mensaje inquietante: “Si no pagas publicamos tus sesiones de terapia”. Los hackers pretendían 200 euros en bitcoiins, para no difundir en internet el contenido de las terapias de más de 2.000 personas, algunas de alta exposición pública.
Medio mundo culpa de estas fechorías a hackers de Rusia y Corea del Norte, pero parecen olvidar que Cambridge Analytica (CA) responsable de viralizar noticias falsas y difamar políticos a cambio de dinero, era una firma británica. Reporteros del Reino Unido le realizaron una cámara oculta a su CEO, Alexander Nix, que reveló las maniobras oscuras de la empresa que son historia conocida. Pero también algo de lo que poco se habla: el servicio extra que ofrecían, llamado “trampas de miel”. El actor que se hizo pasar por un político interesado en contratar a CA quiso saber en qué consistía. “Son chicas muy hermosas que trabajan para nosotros y pueden filmar a los políticos que le pidamos”, contestó Nix. Se desconoce si algún dirigente fue víctima de esta extorsión. Pero se sabe que CA trabajó para el PRO en la campaña de 2015.