Cuando la madre del Che fue detenida en la Histórica

Frondizzi y el Ministro de Industria de Cuba; Ernesto Guevara

(Parte I) Por Orlando Busiello

En 1958 asumió la primera magistratura del país, el Doctor Arturo Frondizzi. Hombre brillante y honesto, claro en sus conceptos, auténtico demócrata y respetuoso de la ley y las instituciones de la República.

Sus verdaderos planes de alcanzar el desarrollo y progreso del país, no pudieron desplegarse como hubiese deseado.

Fue dejando así, a la vera del camino proyectos importantes que no pudieron concretarse, viéndose forzado por las circunstancias a tomar medidas que no comulgaban con sus sentimientos y con la idea del país que había soñado.

El nuevo Presidente tuvo desde el comienzo de su mandato que actuar con enorme equilibrio para sortear diferentes crisis de carácter político, planteos militares, movimientos golpistas, huelgas generales, y actos terroristas que entorpecieron y debilitaron su gestión.
Frondizzi había llegado al poder con el apoyo del “Peronismo” proscripto, y esa alianza con el líder Justicialista en el exilio, fue vista con recelos por las Fuerzas Armadas que estuvieron siempre pendientes de los movimientos del Presidente de la República y su entorno.

Mientras Frondizzi daba sus primeros pasos como Presidente, en la región del Caribe, y después de varios años de lucha, se produjo el triunfo de Fidel Castro sobre el gobierno de Fulgencio Batista en Cuba, el 1º de enero de 1959.

Este acontecimiento y las medidas llevadas a cabo por la Revolución marcaron muy pronto un distanciamiento en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos de América y Cuba, que, se fueron profundizando peligrosamente.

En mayo de 1959, Fidel Castro visitó la Argentina y fue recibido por el Presidente Arturo Frondizzi, cuando aún el líder cubano no se había declarado partidario del Socialismo y su país se mantenía dentro de la OEA. Dos años más tarde en 1961, la isla se trasformó en el primer Estado Socialista de América.

No hay dudas que la Revolución Cubana generó un fuerte sacudimiento en Latinoamérica, que se hizo sentir en lo político y en lo cultural fundamentalmente.

El Gobierno del Doctor Frondizzi, ofreció sus buenos oficios a los Estados Unidos y a Cuba ubicándose en una posición internacional “tercerista”, que pudo observarse claramente en la Conferencia de Punta del Este llevada a cabo en 1961.

Tal actitud, la reunión del Presidente con el Ministro de Industrias de Cuba en Buenos Aires, el argentino Ernesto Che Guevara y el voto argentino en la OEA, en enero de 1962 -oponiéndose a la exclusión de Cuba del sistema americano como lo deseaba el gobierno estadounidense-, produjo un verdadero “terremoto” en las filas castrenses, temerosas del que el país girara a la “izquierda” rompiendo la alianza estratégica con los Estados Unidos.

El 29 de marzo de 1962 el Presidente Frondizzi fue derrocado por un golpe militar, y como el Vicepresidente había renunciado, asumió la función presidencial el Presidente provisional del Senado, doctor José María Guido.

Durante su breve gobierno, que duró 18 meses, Guido fue utilizado para dar la apariencia de continuidad civil, pero el poder real estuvo siempre en manos de las Fuerzas Armadas.

Esto provocó que el Ejército fundamentalmente entrara en un estado deliberativo sobre asuntos de orden político, que terminó en un duro enfrentamiento armado interno entre Azules y Colorados, en septiembre de 1962 y abril de 1963. Finalizando, con el triunfo del bando Azul que permitió luego a mediados de 1963 que el Presidente Guido llamara a elecciones nacionales.

En ese contexto de gran efervescencia política, una mujer procedente de Salto, República Oriental del Uruguay, pretendió ingresar al país por la Administración de Aduanas de Concordia, el día 23 de abril a las 11:30hs´.

Al revisársele el equipaje por parte del personal actuante, la señora Alicia González de Grunwaldt, pudo comprobar que la dama viajera transportaba libros, folletos y otras pertenencias consideradas “subversivas” para la época, procediéndose a la incautación del material y detención; acusándosela de infringir el Decreto Nº 8161/62.

La detenida, no era entonces una persona más. Portaba un apellido muy conocido y sensible a los gobiernos temerosos del marxismo, y de la penetración de la Revolución Cubana a través de sus agentes en Latinoamérica.

Por tal motivo la señora Celia de la Serna de Guevara Lynch, la madre de Ernesto Che Guevara, uno de los símbolos de la Revolución y hombre de acción; despertó la atención de las autoridades con el fin de conocer sus actividades propagandísticas, y los contactos que seguramente tenía dentro y fuera del país.

Por entonces Celia era una mujer de 56 años, blanca de cutis, cabellos castaños y ojos pardos; de cejas levantadas, una boca mediana labios finos y mentón saliente. Tenía un cuerpo más bien delgado y no era muy alta.

Manifestó ser de nacionalidad argentina, de origen “Porteño” nacida un 23 de junio de 1906; madre de cinco hijos entre mujeres y varones.

Señaló estar casada con Ernesto Guevara Lynch, pero distanciada de su esposo. Expresó que poseía título secundario, ganándose la vida como profesora de Francés de manera particular.

Ella sabía perfectamente lo que representaba y eso le daba cierta importancia, que manejaba con soltura y naturalidad.