Miles de personas protestaron en París y otras ciudades francesas por un pase de salud obligatorio para el coronavirus para ingresar a muchos lugares públicos, presentado por el gobierno mientras lucha contra una cuarta ola de infecciones.
Fue el tercer fin de semana consecutivo que las personas que se oponen a las nuevas medidas del presidente Emmanuel Macron salen a las calles. El número de manifestantes ha crecido de manera constante desde el inicio de las protestas, haciéndose eco del movimiento de los “chalecos amarillos” que comenzó a fines de 2018 contra los impuestos al combustible y el costo de vida.
Un funcionario del Ministerio del Interior dijo que 204.000 se habían manifestado en toda Francia, incluidos 14.250 en París. Esto es aproximadamente 40.000 más que la semana pasada.
A los visitantes que van a museos, cines o piscinas ya se les niega la entrada si no pueden presentar el pase de salud que demuestre que han sido completamente vacunados contra Covid-19 o que han tenido una prueba negativa reciente. El parlamento aprobó una nueva ley esta semana que hará que las vacunas sean obligatorias para los trabajadores de la salud y extenderá el requisito del pase de salud a bares, restaurantes, ferias comerciales, trenes y hospitales.
Alrededor de 3.000 agentes de policía se desplegaron en París, y los agentes antidisturbios se esforzaron por mantener a los manifestantes en las rutas autorizadas. «¡Libertad!» y «¡No al pase de salud!» fueron las principales consignas de los manifestantes.
