A 3 años de la desaparición de dos entrerrianos

Viajaban en una camioneta Peugeot Partner gris.

Viajaban a Paraguay para hacer compras y fueron visto por última vez en Corrientes.

El 20 de septiembre de 2017 César Miño y Sergio Quintana partieron, en una camioneta Peugeot Partner gris, desde Concordia con destino a Paraguay. Como en otras ocasiones viajaban al país del norte para hacer compras y debían volver a su ciudad en pocas horas, pero eso nunca sucedió.
El 21 de septiembre fueron vistos por última vez en una estación de servicio de Monte Caseros. Allí bajaron del vehículo e hicieron compras. Esa acción quedó registrada en la videofilmación de la cámara de seguridad del local y son las últimas imágenes de los concordienses con vida.
Familiares y amigos de Miño y Quintana comenzaron a sospechar que algo no iba bien cuando no recibieron respuestas a llamadas y mensajes. Luego los días comenzaron a pasar y, sin novedades, decidieron hacer denuncias para que la Justicia investigue qué pasaba.
En primera instancia, el fiscal Germán Dri fue quien tomó el caso en Concordia e inició las tareas investigativas. Veinte días después de la desaparición, la camioneta en la que viajaban los dos concordienses fue hallada incendiada y sin el motor ni las ruedas en una plantanción de eucaliptos y pinos en la localidad correntina de San Carlos. A partir de allí todo quedó en manos de la Justicia de Corrientes, publico El Entre Ríos. Facundo Cabral es el fiscal de Santo Tomé que sigue con la investigación. La última vez que habló, hace un año, dijo que no descartaba un posible asesinato y aseguró que no habían sido respondidas las diligencias para averiguar más datos sobre el rodado y que «a medida que pasa el tiempo disminuyen las chances de llegar al objetivo».
Aunque los datos son escasos y la causa parece no tener avances, Cabral también había asegurado que no descartaban la hipótesis del asesinato y que, de hecho, resultaba la más clara. «Es muy posible que esas personas hayan sido asesinadas en esa zona», dijo, refiriéndose al lugar en que fuera encontrado el vehículo, y remarcó: «No hay otra posibilidad de que se vayan o hayan desaparecido para siempre de la nada».
Entre los escasos datos y la falta de certezas hay dos familias que se sienten abandonadas. Hace más de mil días esperan respuestas y sienten que hay cada vez menos interés en resolver un misterio que cambió sus vidas para siempre y, mientras tanto, hay que seguir.